sábado, 17 de octubre de 2009

Llanto Ensueños

Quisiera inaugurar este blog con un pequeño relato, un extraño sueño, un cuento sin lógica alguna en el mundo en el que vivimos. Después de todos, es solo un sueño. Pero este sueño no es como los demás, en este sueño yo llore... y llore mucho. Cabe destacar que soy de ese tipo de personas que nunca se abren, que viven dentro de un escudo de piedra. En otras palabras, soy de esas personas que nunca lloran. La primera vez que llore desde hace como 15 años fue hace unas semanas. Y ahora, con ese recuerdo fresco llore en sueños. Me pregunto si eso será una muestra de cambio, alguna prueba de que el esfuerzo que hice durante años dio resultado, o simplemente coincidencia.

Todo empezó de alguna extraña manera cuando a mi hermana la condenaron a muerte. Ella estaba enferma de muerte con algún tiempo mas de vida. Entonces, un jurado dijo que tenia que morir. La condenaron a recibir un hachazo en el cuello. Ella tenia que sentarse en una silla, y ver como el verdugo propinaba el filoso metal directo a la tráquea. Ahora que escribo, puedo imaginarme la sensación de ver el hacha ir a toda velocidad directo a tu garganta y no moverte, no por que no puedas, si no por que sabes que tiene que ser así, esta bien que esta rebane la piel, desgarrándote hasta llegar al otro lado.
En el momento que me entere de la noticia, no me pareció algo tan malo ni loco, era algo muy normal para esta sociedad onírica. Con el paso de la mañana el despertador sonó algunas veces, pero, sin despertarme, lo apagaba y continuaba en mi viaje a través de esta dimensión a veces tan desconocida, pero tan familiar. Cada vez que apagaba el despertador, el entorno cambiaba drásticamente, cambiaba la historia, y sobre todo mi manera de pensar sobre las cosas, pero siempre volvía al mismo sueño. Era como si cuando sonara el despertador, yo viajara a través de estas dimensiones hasta llegar a otro sueño, uno que no me correspondía esa mañana, entonces, lograba encontrar el camino a través de este de vuelta al mío. Muchos de estos viajes son bastante confusos en este momento. Como, de costumbre, olvido todos los sueños. Pero algunos todavía siguen vigentes en mi memoria. Uno que recuerdo, que se repitió en situaciones similares 2 veces.
Yo estaba dentro de un auto, uno deportivo, del estilo que "sturky and hutch®" hubieran usado en su serie. El mando estaba en mis manos, pero no sabia bien como usarlo. Sabia que tenia que llegar rápido a algún lugar. Es imposible recordar mi primer destino. Había mas gente dentro del auto, que me apuraban. Un gran murmullo a todo volumen diciéndome que hacer. Alguna de las voces me entendía, a las demás no les importaba, solo me apuraban y se quejaban. En estos viajes, yo manejaba a toda velocidad sin poder controlar el vehículo. Este avanzaba casi en línea recta. Todo intento de hacerlo girar era inútil, solo desviaba su curso un par de grados. En este sueño, al auto lo veía desde afuera, cual cámara de "Need for speed®". Recuerdo una curva en la cual gire el volante lo mas que pude, y el auto giro, pero por la velocidad que llevábamos, este mantuvo su trayectoria. Nos movíamos lateralmente. Una pared al final del camino funciono a modo de pista y evito un gran accidente. La pared se fundía con el piso de manera curva y suave, sirviendo de rampa al auto. Solo recuerdo el trayecto, no recuerdo a donde llegue, si es que así lo hice.
En otro de los sueños me encontré con mi hermana. Esta estaba sentada en una silla color marrón, una especie de banqueta alta de madera oscura. La habitación se parecía mucho a una vieja casa mía. Toda con colores oscuros y en las tonalidades del rojo y el marrón. Tela roja para algún sillón, listones de madera de pino barnizadas en las paredes. Techo alto de madera, de color roble.
Cuando vi a mi hermana me puse a llorar, no entendía por que debía perderla, por que debía morir, no quería que eso pasara. Me acerque, la abrase y llore en su hombro. No recuerdo nada mas.
En otro sueño, vi a mi hermana sentada en la misma silla, pero fuera de esa habitación, estaba al aire libre. detrás de ella un paredón inmenso, llegaba mas lejos que mi campo visual. Tanto este como el piso eran color gris cemento. Y el cielo estaba completamente nublado, también, color blanco apagado. Ella sentada ahí como si nada fuese a pasar, y yo, con mi cuerpo a los 3 años, parado junto a mis padres, preguntándoles porque. Y llorando incontrolablemente. En mi pecho sentía una fuerza de compresión tal que parecía que me iba consumir. Era como si mi corazón fuere un agujero negro tratando de tragarme. Mi fuerza de voluntad pudo mas que la sociedad. Corrí con todas mis fuerzas hasta donde se encontraba ella, la agarre cual bolsa de papas y la colgué al hombro. Ya no tenia ese cuerpo de nene, no se que cuerpo tenia. Con ella al hombro llegue al auto, me senté y escapé. Otra vez el murmullo, otra vez la velocidad, otra vez la impotencia, no podía doblar el auto. No se por que huía, sabia que lo que había hecho no estaba mal, sabia que a la sociedad no le interesaba que la hubiese rescatado, esta no lo veía malo, era como si la condena hubiese sido optativa, como si ella hubiese podido decir NO e irse caminando en todo momento. No tenia sentido, pero yo lo sabia. Y sin embargo me perseguía, escapaba, corría sin cesar, no se a donde, solo corría. En un auto sin control, el cual podía estrellarse en cualquier momento y matarnos a todos. Escapaba de lo que no iba a hacerme daño a lo que seguro me mataría. No se como terminó, el teléfono empezó a sonar, esta ya no era la alarma común, sabia que ahora tenia que levantarme, no podía seguir apagando la alarma, esta vez me tocaba levantarme.

Tal vez en el texto no se describió del todo bien, pero durante todo el sueño, y sus etapas, la sensación del llanto fue constante, si bien escribí que llore solo en dos ocasiones, casi todo el tiempo sentía mi pecho oprimido por el dolor, la tristeza total y plena, como si estuviera acostado en el piso y un elefante me pisara directo sobre el corazón. Sentir toneladas aplastarme y destruirme, un sentimiento que no existe en otro universo que no sea el de los sueños. Al llorar despierto, la tristeza y la opresión no alcanzaban ni a los talones de el ficticio. O, ¿será que el verdadero dolor fue el de anoche?, ¿Habrá sido una reverberación de la realidad traducida en un lenguaje que siquiera yo entiendo?. No creo saberlo nunca. Se que fue mucha tristeza, pero aunque parezca incoherente, no quería despertar, quería seguir durmiendo, quería seguir ahí adentro, no quería dejar ese mundo incierto, no parecía lastimarme tanto dolor, era una sensación nueva, y no quería que acabara. No se por que, solo no quería.

Mis lagrimas cayeron hace unas semanas ante la posible perdida de mi novia. La posible separación con la persona que mas quiero. La única persona elegida por mi con la que pasaría toda mi vida. Ella es una persona demasiado importante para mi, compartimos muchas etapas distintas de la vida, crecimos juntos, tanto interiormente como en nuestra relación. De ser una completa desconocida hace cuatro años, pasamos a ser excelentes amigos. La mejor que podría haber pedido. Nos acompañamos en otras relaciones, convivimos ambas separaciones, crecimos y aprendimos a estar juntos. Entendimos nuestros sentimientos y decidimos que podíamos dar un paso mas, que merecíamos ese cambio, el poder compartir aun mas cosas. Ante la perdida de todo eso, mi mente y mi cuerpo fueron débiles, sentí como todo eso se desvanecía, como lo que siempre había atesorado se estaba ahora escurriendo como agua de las manos. No podía darme el lujo de perderla, no sabia que hacer, estaba desesperado, nada de lo que hacia servia. Y lloré.


En ese momento crecí, entendí muchas cosas que antes no sabia, y logre mi objetivo, algo interno mío de mucho tiempo, aprendí a llorar. Durante mucho tiempo quise saber como se hacia, como es que la gente lloraba, como podía abrirse tanto, que el cuerpo se desintegrase de apoco, se licuara. No entendía como podría ser que la gente pudiese derretirse por los ojos por que ya no les importa nada, por que el mal es tan grande que no hay forma de oponerse. Nada de lo que hagas va a solucionar nada, por eso estas llorando, no te queda otra cosa.

Esta es mi pequeña introducción a este weblog, creo que para ser el primero tiene demasiado contenido persona, en estas palabras se encuentra gran parte de mi, gran parte de lo que soy ahora. Próximamente seguiré escribiendo y contando cosas.

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